La piel es el órgano más extenso del cuerpo humano y otorga el sentido del tacto.

Las funciones más importantes de la piel son: soporte mecánico del cuerpo y el sentido del tacto, la protección de efectos dañinos del sol y la radiación, la regulación de la temperatura del cuerpo, prevención de la pérdida de fluidos corporales, y la penetración de substancias tóxicas, la excreción de sustancias tóxicas mediante el sudor.

La piel está formada por tres capas llamadas: epidermis, dermis e hipodermis.

La epidermis es la capa externa y está formada por cinco estratos celulares: basal, espinoso, granuloso, lúcido y córneo.  La dermis contiene medios de nutrición, comunicación y control de la temperatura de la piel (capa papilar y región reticular). Aquí es donde se encuentra el colágeno y la elastina.  La hipodermis es la capa más profunda (subcutánea), compuesta en su mayoría por grasa.  Esta capa mantiene el cuerpo cálido y absorbe los impactos.

Las cremas hidratantes y emolientes actúan en las capas más profundas de la piel.  Estas cremas ayudan a retener la humedad, y a  restaurar el agua perdida  por efecto de varios factores externos e internos.